Los toldos VELA son la solución más funcional, decorativa y económica que encontrarás para dar sombra a tu terraza, patio o jardín. Este tipo de toldos ocasionales, son ideales para proteger los ambientes exteriores de los efectos dañinos de los rayos UV. Se adaptan fácilmente a cualquier espacio y pueden ser removidos cuando llegue el invierno y quieras aprovechar más la luz natural del día. Para ello solo tendrás que desatarlos, limpiar la tela y guardarla hasta que nuevamente la necesites.
Si tu presupuesto está limitado y buscas es una solución económica para protegerte del sol, te encantarán los toldos vela. Son más baratos que los toldos tradicionales y cubren mayor superficie que una sombrilla. Para este tipo de aplicaciones encontrarás un amplio surtido de telas especiales. Algunas telas son capaces de bloquear hasta un 90% los rayos ultravioletas y tienen amplias garantías para usos exteriores. Estas estructuras simples de sombra son fáciles de instalar anclándolas mediante cuerdas a paredes, canalones, columnas o incluso árboles.
Los toldos VELA se confeccionan con lonas textiles de forma usualmente triangular, aunque también se ofrecen cuadras, rectangulares y otras formas geométricas más elaboradas que requerirán de una instalación más profesional. También pueden ser fabricados con otros materiales más económicos, pero menos eficientes y duraderos.
Este tipo de toldos requieren fijar de forma fuerte y segura cuerdas en sus extremos para tensar la lona y anclarla a un punto que ofrezca suficiente resistencia a la acción del viento y su propio peso. Al tensarse las cuerdas, el toldo se desplegará cubriendo toda la superficie sin necesidad de postes ni estructuras extras.
El diseño de este tipo de sombreamiento elemental, así como su instalación, puede ser realizado por cualquier persona simplemente siguiendo las precauciones y reglas básicas. Para ello, es recomendable colocar la lona en el suelo e identificar los puntos de anclaje correctos buscando dar continuidad a las diagonales. La tensión correcta de la vela es esencial para obtener un resultado estético impecable y un rendimiento óptimo en términos de resistencia al viento, lluvia o granizo manteniendo una inclinación mínima de 25 grados.
Colaboración: AMEVEC