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Pruebas en obra: un estándar de calidad para la instalación de ventanas

En el mundo de la instalación de ventanas, el trabajo no termina cuando el marco queda perfectamente alineado y el vidrio bien colocado. Hay un factor clave que marca la diferencia entre una instalación correcta y una instalación verdaderamente profesional: la estanqueidad al agua.

Las filtraciones no solo afectan la ventana, también comprometen muros, acabados interiores y, lo más importante, la confianza del cliente. Por eso, cada vez más proyectos están incorporando pruebas de estanqueidad directamente en obra, una práctica que beneficia tanto al instalador como al desarrollador y al usuario final.

Aunque una ventana sea de buena calidad y haya sido probada en laboratorio, las condiciones reales de instalación son únicas. En obra influyen muchos factores: la correcta aplicación del sellador y de empaques, la interacción con otros sistemas constructivos, el clima y la exposición al viento y la lluvia.

Una prueba en obra permite comprobar que todo el sistema funciona correctamente una vez instalado, no solo el producto, sino también la mano de obra.

Uno de los mayores dolores de cabeza para los instaladores son las reclamaciones posteriores por filtraciones. Muchas veces el problema no es visible al momento de la entrega, pero aparece con la primera lluvia fuerte.

Realizar pruebas de estanqueidad reduce riesgos de retrabajos costosos, sirve como respaldo técnico ante el cliente, demuestra profesionalismo y compromiso con la calidad y ayuda a detectar fallas a tiempo, cuando aún es fácil corregirlas. En lugar de reaccionar ante un problema, se adelanta y lo previene.

Hoy en día, los clientes buscan algo más que un precio competitivo. Buscan seguridad, durabilidad y confianza. Ofrecer instalaciones verificadas mediante pruebas en obra es un diferenciador claro frente a la competencia.

Para proyectos residenciales, comerciales o corporativos, poder decir que las ventanas fueron probadas contra la entrada de agua eleva la percepción de calidad y genera tranquilidad en el cliente final.

El mercado de ventanas está evolucionando. Cada vez se exige más control, más calidad y más evidencia de que el trabajo se hizo bien. Incorporar pruebas de estanqueidad en obra no complica el proceso, lo profesionaliza.

Imcoba acompaña a los instaladores en la ejecución de pruebas de estanqueidad al agua en obra, ayudando a confirmar que cada ventana instalada cumple con el desempeño esperado en condiciones reales. Este apoyo se traduce en mayor seguridad en la entrega, menos riesgos de filtraciones y una imagen más profesional frente al cliente.

Porque instalar bien es importante, pero comprobarlo marca la diferencia.

Colaboración: Imcoba

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