Antes de la llegada de la temporada de lluvias, es esencial revisar la fachada de tu edificio para evitar problemas costosos, como filtraciones de agua o daños estructurales. Una inspección preventiva puede ahorrarte tiempo y dinero, además de proteger la seguridad de los ocupantes.
¿Por qué hacer una inspección?
Las lluvias pueden causar filtraciones que afecten tanto la estética como la funcionalidad de la estructura. Problemas pequeños, si no se detectan a tiempo, pueden convertirse en costosos daños a largo plazo. Es crucial revisar ciertos puntos clave de la fachada:
- Sellado de juntas y grietas: Asegúrate de que no haya fisuras en las juntas o en el sellador, ya que pueden permitir la entrada de agua.
- Revisión de ventanas y marcos: Las ventanas deben estar bien selladas para evitar filtraciones.
- Desagües y canaletas: Verifica que estén limpios y sin obstrucciones para evitar acumulaciones de agua.
- Estructura general: Inspecciona la fachada en busca de daños que puedan comprometer su seguridad.
Beneficios de la inspección preventiva
Realizar una inspección preventiva puede evitar daños importantes, ahorro en reparaciones y problemas de humedad. Además, mejora la eficiencia energética y asegura un entorno seguro para todos.
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