El diseño de fachadas inspiradas en la naturaleza continuará siendo una tendencia relevante en el año 2024, reflejando la creciente importancia de integrar elementos orgánicos en entornos construidos. Esta tendencia no solo aporta una estética visualmente atractiva, sino que también busca establecer una conexión más profunda entre los edificios y su entorno natural. Es en este sentido, que los arquitectos y diseñadores continuarán adoptando enfoques innovadores que buscan imitar la belleza y funcionalidad de la naturaleza en las fachadas de los edificios.
El uso de materiales sostenibles y la implementación de diseños biofílicos son aspectos clave de esta tendencia. Los edificios modernos buscan incorporar elementos como paredes verdes, jardines verticales y fachadas con patrones inspirados en la madera como distintivo.
La innovación constante de los materiales, así como, la aplicación de nuevas tecnologías en la aplicación de acabados exteriores ha permitido la creación de fachadas más longevas y eficientes en el aislamiento térmico que responden a los cambios ambientales, imitando la capacidad de la naturaleza para adaptarse sin necesidad de requerir mantenimientos onerosos. Esto incluye el desarrollo de fachadas de ventiladas y de control solar que integran sistemas de sombreado pasivo más eficientes y propositivos que responden a la incidencia solar y a las condiciones climáticas de su entorno.
Estas soluciones no solo cumplen con criterios de sostenibilidad, sino que también añaden una dimensión estética única a los diseños arquitectónicos contemporáneos. Además, la incorporación de técnicas de diseño bioclimático y el uso estratégico de la vegetación pueden contribuir con estos materiales a reducir la dependencia de sistemas de climatización convencionales, optimizando así el consumo de energía y disminuyendo la huella ambiental de los edificios.
