En el dinámico entorno de la industria de la ventana y el cerramiento en México, se ha puesto gran atención en la evolución de los perfiles, herrajes, vidrios y procesos de fabricación. Sin embargo, hay un eslabón crítico que permanece rezagado en cuanto a innovación, profesionalización y adopción de soluciones modernas: el embalaje. Esta área, muchas veces ignorada o subestimada, representa una oportunidad latente tanto para proveedores especializados como para fabricantes que desean optimizar sus operaciones y proteger mejor sus productos.

Hoy en día, gran parte del sector sigue recurriendo a métodos de embalaje improvisados o manuales, que no solo aumentan el riesgo de daño en el transporte, sino que también comprometen la imagen y profesionalismo de las marcas. Esta situación se agrava especialmente en talleres pequeños o medianos, así como en empresas que deben recurrir a fletes externos para mover sus productos a largas distancias. La falta de soluciones industrializadas y accesibles en embalaje y maquinaria adecuada limita el crecimiento eficiente de estas empresas.
En mercados más maduros, el embalaje no es un accesorio, sino una parte integral de la cadena de valor. En México, en cambio, aún falta generar conciencia sobre la importancia del embalaje especializado para ventanas, perfiles de aluminio o PVC, cancelería y otros productos delicados que requieren protección durante su traslado. Esta falta de cultura y oferta genera una brecha que proveedores innovadores podrían llenar con soluciones a la medida del sector.
No es solo cuestión de proteger productos; el embalaje también incide directamente en la productividad y eficiencia operativa. Soluciones automatizadas de embalaje, materiales diseñados para perfiles específicos, sistemas modulares de sujeción y maquinaria adaptable al volumen de producción podrían cambiar radicalmente la forma en que las empresas enfrentan sus procesos logísticos. Pero para ello, es indispensable que el mercado conozca estas opciones.
Aquí es donde los foros y exposiciones del gremio tienen un papel clave. Abrir espacio a proveedores especializados en embalaje dentro de las ferias, encuentros y congresos del sector de la ventana puede ser el catalizador necesario para acelerar esta transformación. La inclusión de estas empresas no solo enriquecería la oferta de soluciones disponibles, sino que también motivaría la conversación sobre buenas prácticas en embalaje y transporte.
El gremio debe mirar más allá del producto terminado y entender que la entrega segura, profesional y eficiente también forma parte de la experiencia del cliente. Un perfil golpeado o un vidrio roto durante el transporte puede arruinar una instalación perfecta y erosionar la confianza en el proveedor, sin importar la calidad de la fabricación. El embalaje debe verse como una inversión, no como un gasto.
Es tiempo de reconocer que la protección del producto no termina cuando sale del taller, sino cuando se entrega en perfectas condiciones. En este sentido, fomentar alianzas con empresas del mundo del embalaje, difundir casos de éxito y ofrecer capacitaciones conjuntas pueden ser pasos concretos hacia un ecosistema más competitivo y profesional.