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Barandales seguros, ante que nada

El diseño y la fabricación de barandales deben priorizar, por encima de todas las cosas, la seguridad. La integridad estructural y funcional de un barandal es fundamental para proteger a las personas y evitar accidentes. En este sentido, se deben considerar varios aspectos clave:

Material de construcción

Seleccionar un material resistente y duradero es crucial. Los barandales pueden estar hechos de acero inoxidable, aluminio, madera tratada, vidrio, o incluso materiales compuestos, dependiendo del entorno y las necesidades específicas.

Cumplimiento de normativas

Es esencial asegurarse de que el diseño y la instalación cumplan con las normativas locales y nacionales de seguridad y construcción. Esto incluye alturas mínimas y máximas, resistencia a cargas y fuerzas específicas, entre otros requisitos.

Anclaje y fijación

La forma en que el barandal se fija a la estructura subyacente es crítica. Debe estar firmemente anclado para soportar cargas laterales y verticales sin ceder ni desprenderse.

Altura y diseño

La altura del barandal debe ser adecuada para prevenir caídas, especialmente en áreas elevadas como balcones o terrazas. Además, el diseño debe evitar huecos grandes que puedan permitir el paso accidental de niños u objetos.

Superficie antideslizante

Si el barandal tiene una superficie de agarre (por ejemplo, para escaleras), esta debe ser antideslizante para proporcionar un agarre seguro.

Tratamiento de barandales de vidrio

Cuando se diseñan barandales que incluyen vidrio, es fundamental considerar el tipo de vidrio a utilizar para garantizar la seguridad y la resistencia adecuadas. En este contexto, se recomienda utilizar vidrio templado o laminado debido a sus propiedades específicas.

El vidrio templado es un tipo de vidrio que ha sido tratado térmicamente para aumentar su resistencia y durabilidad. Este proceso de templado hace que el vidrio sea mucho más resistente a impactos y a cambios bruscos de temperatura. En caso de rotura, el vidrio templado se rompe en pequeños fragmentos menos peligrosos que los fragmentos grandes y afilados que producen otros tipos de vidrio.

Por otro lado, el vidrio laminado está compuesto por dos o más capas de vidrio unidas por una capa intermedia de material plástico, generalmente PVB (butiral de polivinilo). Esta construcción permite que, en caso de rotura, los fragmentos de vidrio queden adheridos a la capa intermedia, reduciendo el riesgo de lesiones por cortes. 

Ambos tipos de vidrio, templado y laminado, ofrecen ventajas significativas en términos de seguridad para el diseño de barandales. La elección entre uno u otro dependerá de factores específicos como el entorno de aplicación, las normativas locales y las preferencias estéticas. En cualquier caso, es esencial consultar con expertos en diseño y seguridad para garantizar que los barandales de vidrio cumplan con los más altos estándares de seguridad y calidad.

Acabado y mantenimiento

Un acabado resistente a la intemperie y de fácil mantenimiento es importante para prolongar la vida útil del barandal y garantizar su funcionalidad y seguridad con el tiempo.

Pruebas de resistencia

Se deben realizar pruebas de carga y resistencia para verificar que el barandal pueda soportar las fuerzas esperadas sin fallos.

Accesibilidad universal

En entornos públicos, se debe tener en cuenta la accesibilidad para personas con discapacidades, asegurando que el diseño del barandal no represente una barrera.

Instalación profesional

La instalación del barandal debe ser realizada por personal capacitado y experimentado para garantizar que se sigan todas las pautas de seguridad y construcción.

Colaboración: AMEVEC

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