Cada vez que vemos a través de la ventana de nuestra casa, o admiramos el muro cortina de algún rascacielos, es fácil ser capturado por las características que ofrece el vidrio: transparencia, iluminación, control de los elementos, color, reflectancia y hasta confort térmico y acústico.
Sin embargo, todos esos cristales pasaron por un camino para llegar al punto donde están instalados, que arranca desde los hornos de flotado hasta llegar a los procesos de valor agregado, como la adición de capas nanométricas depositadas vía magnetrón, o el templado que le da hasta cinco veces más resistencia al producto.
Es en estos puntos donde una serie de recomendaciones útiles ayudarán a que el manejo del vidrio, su almacenamiento y posterior transformación fluya de la manera más segura, con sugerencias que asegurarán un vidrio procesado de la mejor calidad – y libre de problemas – posible.
Nos enfocaremos en especial en cristales reflectivos, lo cuales llevan un recubrimiento que les permite mejorar sus prestaciones de control de calor (lo que se traduce en ahorros económicos al minimizar aire acondicionado), mientras ofrecen distintas variedades de transmisión de luz natural.
Almacenamiento
Todo empieza desde la recepción de los paquetes de vidrio en el almacén de procesador. Siempre debe cuidarse que sea almacenado en interiores, en un lugar limpio y seco, protegido de la exposición a elementos nocivos como la lluvia, granizo o similares.
Al mismo tiempo, es importante vigilar que en nuestra área de almacenamiento no existan vapores que tengan valor ácido de pH, como baterías o agentes desmineralizantes. También es importante considerar colocar el vidrio donde esté alejado de tráfico constante, para evitar tanto daño físico a él, así como para evitar cualquier accidente con el personal en caso de haber un desplome o movimiento.
Respecto a vida útil, se recomienda enfáticamente procesar e instalar el vidrio no más de tres meses después de su fecha de fabricación. Bajo un buen cuidado y almacenamiento, es posible llegar hasta los 6 mesespero siempre será mejor hacerlo lo antes posible.
Procesos del vidrio
Cuando comenzaremos a manipular el vidrio para transportarlo a otros procesos, como el corte inicial a la medida de las piezas requeridas, la capa reflectiva siempre debe estar orientada hacia arriba para evitar daños a la misma (por ejemplo, al ponerlo en una mesa).
Aunque los vidrios reflectivos de Vitro se embarcan con una cubierta plástica que protege al recubrimiento, la cual se debe retirar hasta que vaya a realizarse el proceso de templado, hay que evitar que la capa reflectiva entre en contacto con huellas dactilares, grasa, aceites o elementos abrasivos.
Cuando ya tenemos el vidrio en la mesa de corte, se sugiere utilizar aceite soluble en agua y evaporable para que no deje residuos sobre la superficie del vidrio, procurando que sea mínima la cantidad para evitar excesos en el cristal. Aunque pudiese sonar obvio, siempre también hay que previamente asegurarse la mesa este completamente libre y limpia para que ningún objeto o basura previa pueda rayar o maltratar el vidrio que estaremos colocando.
Para matar filos, se recomienda usar una lijadora de bandas cruzadas con lija de grano #150, y evitar hacerlo en seco ya que la película reflectiva puede dañarse o rayarse. Es crítico garantizar que el agua utilizada en el proceso de lijado no se seque en el cristal, ya que, de ser el caso puede generar manchas o impurezas por las sales del agua o el polvo en el vidrio.
Para el lavado del vidrio, es adecuado emplear agua desmineralizada con pH entre 6 y 8, y no es necesario el uso de detergentes. El mismo concepto sobre asegurar un buen secado también aplica para este proceso, además de usar aire filtrado y limpio para evitar cualquier partícula ajena.
Al llegar al proceso de templado, donde convertimos un cristal recocido en un vidrio de seguridad a través de tensiones y compresiones con un proceso de tratamiento térmico, hay que colocar el vidrio con la capa reflectiva hacia arriba. Es normal que la capa reflectiva sea depositada sobre la cara aire del sustrato de vidrio; en el lado contrario está la cara estaño, que dentro del horno es la que irá “boca abajo” (en contacto con los rodillos).
Es muy importante hacer una correcta identificación de las caras ya que es elemental tenerlas bien ubicadas para procesos subsecuentes (como hacer unidades insuladas o vidrios laminados), y eventualmente hacer una instalación con orientación consistente y homogénea de las superficies.
Cada horno de templado, personal, condiciones geográficas (altitud, clima, humedad, etcétera) es distinto, por lo que no existen recetas universales para templar un vidrio, sino que es la experiencia propia con cada horno y los ensayos con diferentes tipos de cristales lo que orienta a la receta adecuada. Un punto general, no obstante, es evitar calentar el vidrio más allá del punto de templado, ya que la temperatura excesiva puede provocar distorsiones o cambios estéticos en la capa reflectiva.
Instalación del vidrio
Dejaremos dos recomendaciones finales, orientadas hacia la instalación final del vidrio. Hay que recordar que todos los vidrios reflectivos fabricados en el proceso MSVD (también conocidos como capas suaves), como Lumax®o Solar Reflect®, deben ir en la cara #1 a la hora de instalarse. Es decir, no pueden estar en contacto con los elementos exteriores (sol, lluvia, polvo, etcétera).
Por tanto, ya sea que el vidrio reflectivo vaya a instalarse en monolítico o a convertirse en un Duovent® (unidad doble) o laminado, siempre hay que garantizar que la capa esté en la cara #2. Esta posición, por cierto, es la que nos dará el mejor control solar en nuestra casa o fachada, particularmente para climas cálidos como los que tenemos en la mayoría de México.
Asimismo, nunca sugerimos mezclar vidrio recocido y vidrio templado en la misma fachada cuando hablamos de reflectivos tradicionales, ya que el tratamiento térmico inherentemente causará una mínima variación de color. En muchos casos puede resultar imperceptible, pero para fines estéticos, siempre es mejor garantizar una uniformidad de tonalidad y esto se logra al no mezclar vidrios con distinto procesamiento.
Pasan las décadas y el vidrio se mantiene como el material de construcción más versátil y usado en el mundo; y no sólo eso, sino que cada vez va ofreciendo más prestaciones como protección a virus y bacterias, generación de energía renovable o automatización electro o termocrómica. Cada vez nos ayuda a tener edificios y casas más inteligentes, ahorradores, y por supuesto bellas(os). No olvidemos entonces la transformación por la que pasaron esos productos y todo el esfuerzo que se realiza en la cadena por mantener su desempeño y calidad.
José Luis Tavares Cortés, Lider de Ingeniería de Procesos de Valor Agregado
Colaboración: Vitro Vidrio Arquitectónico