Estos últimos años hemos venido observando un cambio en la oferta de nuevos modelos de barandales y barandillas impulsada por una explosión comercial de componentes y accesorios de diseño altamente versátiles y funcionales desarrollados en acero inoxidable. Esta corriente se ha convertido en una marcada tendencia arquitectónica que ha venido creciendo en el gusto de los despachos de arquitectos e interioristas que han aprovechado el potencial que este material ofrece para la creatividad y el diseño, así como, la complicidad que guarda con otras materias primas en boga como son la madera, el vidrio, el aluminio y la forja.
Se han desarrollado una amplia variedad de sistemas de acero inoxidable para fabricar protectores, barandales, balcones, escaleras y otros elementos estructurales, tanto de interior como de exterior. Una creciente oferta de formas y diseños que se adaptan perfectamente a cualquier espacio y entorno arquitectónico, que permanece continuamente experimentando con nuevas propuestas que buscan priorizar la innovación, la seguridad y la facilidad de instalación.
Erróneamente muchos profesionales desconocen que los aceros inoxidables se oxidan, pero en vez de oxido común, se forma en la superficie una película muy densa de óxido de cromo que actúa como coraza frente a los ataques de la corrosión. Ahora bien, todos los aceros inoxidables contienen el cromo suficiente para darles características inoxidables. Esta es sin duda una de las ventajas más notorias que pueden ofrecer este tipo de barandales que recomiendan su aplicación en áreas exteriores expuestas a los efectos de agentes climáticos adversos.
Algunas aleaciones inoxidables contienen además níquel para reforzar aún más su resistencia a la corrosión, añadiéndose al acero durante el proceso de fusión para hacerlo inoxidable en toda su masa. Por este motivo, los aceros inoxidables no requieren ser chapados, pintados o recubiertos de forma superficial para mejorar su resistencia a la corrosión haciendo ideal esta aleación para su aplicación en zonas de playa. En general, dentro de los aceros inoxidables, los tipos 1.4319, 1.4310 (AISI 302 Y 301), por ser aleaciones de acero al cromo níquel, poseen mayor resistencia a la corrosión que los tipos 1.4016 (AISI 430 y 434) que no contienen níquel. En atmósferas que contengan aire salino o humos procedentes de productos químicos, la adición de Molibdeno aumenta la resistencia a la corrosión, como es el caso con el tipo 1.4401 (AISI 316).
Colaboración AMEVEC