Tanto en obra nueva como cuando queremos renovar las ventanas de una vivienda, los sistemas de PVC son una elección inmejorable debido a sus múltiples ventajas: ofrecen un perfecto equilibrio entre aislamiento, resistencia, durabilidad y fácil mantenimiento.
A la hora de limpiar nuestras ventanas de PVC es importante tener en cuenta los elementos que las componen: los perfiles, los cristales y los elementos metálicos interiores (herrajes). Ya que por regla general tendemos a limpiar la parte visible, pero en el caso de las ventanas el interior es importante para alargar su vida útil.
Los herrajes facilitan la apertura y cierre de la ventana, por eso debemos engrasarlos una vez al año con aceite adecuado. Así podremos prevenir el deterioro de los mecanismos de cierre. Esto junto a una buena limpieza exterior, hará que siempre parezca que estrenamos ventanas.
Los marcos o perfiles de las ventanas de PVC pueden acumular polvo y suciedad, limpiarlos con cierta frecuencia es importante para que mantengan su brillo y la suciedad no se incruste (esto haría que después nos supusiese un mayor esfuerzo limpiarlos). Lo mejor es que para limpiar los perfiles de PVC basta con aguaba tibia, jabón neutro y un trapo limpio.
Como ocurre con los marcos de las ventanas, en los vidrios o cristales también es importante realizar una primera limpieza con un paño seco que nos ayude a quitar el polvo superficial sin que se rallen los cristales. Tras esto podemos hacer uso de la misma solución jabonosa que hemos elaborado para los perfiles, crear una nueva a base de vinagre y agua, o utilizar un limpiacristales específico.
Un truco a la hora de limpiar los cristales es utilizar papel de periódico, ya que no suelta pelusas y es muy absorbente, consiguiendo que se sequen antes y queden brillantes.